En la camilla de la morgue
se apilan tres cadáveres
El de tu beso
el de tu mirada
y el de tu tacto.
El silencio es un asesino solitario
(La soledad va a quedarse viuda por enésima vez)
Florece el invierno,
la primavera se abriga.
El verano se castra
y el otoño se muda a mi voz.
Los días se van en el último vagón.
El sol está muerto como ese gorrión en la fuente
Se inundan las calles de desolación.
La silla está vacía
la cama desecha
la ropa sin cuerpo
los cubiertos no sirven
el perro está mudo
La ventana no tiene miradas
la boca sin besos
el baño sin eco
no hay pies sobre el parqué
las paredes no gimen
el timbre no suena.
(El reloj se detuvo en la estación de las flores)
Mis ojos se anclaron en el tiempo,
una mano estrangula al recuerdo
La tarde dura menos que un beso,
los sordos miran fijos hacia el mar
Hay un poema dentro de una botella
hay un vaso roto
hay cuatro pasos sin vereda
hay un acróbata sin red
hay tres veranos sin escaleras
y una lágrima sin secar.
Los continentes contraen gangrena y
se amputan a sí mismos
los hemisferios están hemipléjicos
los trópicos se suicidan
los polos entran en coma
el océano ahoga las islas
los países padecen amnesia
Nadie cura
nadie cura
nadie cura
Y si los anfibios se ahogan…
Y si el sol se muere…
Y si la lluvia no moja…
Y si el grito enmudece…
Y si la luz no alumbra…
Y si las aves no vuelan…
Y si el verano congela…
Y si la infancia envejece…
Y si las olas no rompen…
Las baldosas no tienen tus pisadas
las ventanas no encuentran tus ojos
las vidrieras no reflejan tu imagen
tu sombra desobedece al sol
and so on…
En la playa de mi memoria
tu rostro viene y va en olas de recuerdos
Los médanos son nuestros cuerpos,
las aves, melancolía
¡Y los besos!
¡Viejos galeones naufragados!
¿Quién te va a vestir de besos?
¿Quién va a encender tu mirada de fuego?
¿Qué brazos te van a abrigar?
Los zapatos me conducen hacia abajo por la vereda
(pisan una baldosa si y otra no)
Las marquesinas no me cubren de la lluvia
Los locales de ropa femenina me dan la espalda
El cielo bosteza un poco y tu nombre
a punto de caer desde el borde de un edificio
Paso sin mirar un bazar y sus chucherías.
En cada vidriera tu rostro aparece y luego dobla
en la esquina a toda velocidad
Y la sed de mis manos por deambular en vos…
Te pienso...
Te pienso…
Ámame como a un ñandú,
yo seré un cactus o un ciprés.
vos serás la montaña, el valle, o el mar.
Ámame como Luperca a los gemelos
ámame como los súbditos a Cleopatra
ámame como Baudelaire al opio
ámame hasta que desorbite el universo
¡Ámame hasta que la insania sea declarada inocente!
Los nervios te hacen pitar un cigarro tras otro
La mesa que nos separa tiene la longitud
de la muralla china
En mi garganta descarrilan trenes,
colisiones de autos se suceden sin fin
Tu cara es un pedazo de Groenlandia
Mis manos lastimadas buscan tus labios
entre los escombros de tus besos.
Todos tus perros ladran en mi oído
y mi crisantemo, allí, al sol
Sábado de lágrimas
domingo sin besos
lunes sin amor
Y mi crisantemo, allí, al sol.
Diciembre, 2009
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