martes, 24 de mayo de 2011

génesis

hundí mi mano en la zanja del miedo:
saqué un puñado de barro, otro de sombras
y cuatro truenos sin ganas

sin guantes, ni herramientas,
moldié con mis manos esas cosas

así fui armando una figura, un cuerpo, un rostro

luego, le dí algo de luz de enero
en la boca

entonces, afloró una forma humana;
después mutó a mujer

despacio se irguió y caminó por el césped
recién cortado



en la laguna flotaban cientos de camalotes hacia el norte.




cruzando la ciudad
vimos el cielo ponerse oscuro

al llegar a la laguna
los rayos la iluminaban

el viento despeinaba los camalotes

bajamos del auto
y jugamos a contar los segundos que había
entre los rayos y los truenos

en silencio, vimos la tormenta nacer
desde el oeste

me abrazaste
me besaste

lo hicimos

los juncos se mecían
en la orilla



lotus flower
se abría desde el stéreo


después del bar, caminamos unas cuadras
estábas borracha y disimulabas;
no recordábas los nombres de las calles

en la habitación, me mostraste tu palma quemada:
te dejé espiar por mis ojos

allí, nos dimos tiempo, besos
y orgasmos

por la tarde fuimos a visitar la catedral en ruinas
tomé una foto de tus pies; salió oscura

“scaramanzia para un sony samurai” susurraste en mi oído;
sonreí




tu cuerpo,
almacén del deseo

tu espalda,
meseta arada

tu rostro,
viento quieto

tus ojos,
cajones de quién sabe

tu boca,
descanso de ensueños

tus manos,
brújulas vivas

tus piernas,
escaleras simples

tu sexo,
bebedero de dios.


a mitad de tu cuerpo
me detuve a mirar tus ojos

a mitad de tu cuerpo
me detuve a mirar tu boca

a mitad de tu cuerpo
me detuve a mirarte

a mitad de tu cuerpo
me detuve a jugar en tu ombligo

a mitad de tu cuerpo
me detuve a morderte

a mitad de tu cuerpo
me detuve a oír tus gemidos

a mitad de tu cuerpo
me detuve porque sí

al final de tu vientre
no me detuve

al final de tu vientre
mi lengua encalló



acoples en las bocas
distorsiones en los cuerpos

vibratos de lenguas
dedos-slide

arpegios con chorus
en sostenidos

armonicos naturales
orgasmos con delay

silencios


la luz del mediodía entraba
por las hendiduras de la persiana de madera

en la tele pasaban
lost in translation;
de alguna forma, también lo estábamos


te miré, sonreíste


en las sábanas, el esperma
ya había coagulado



de anoche*
hay una nube en la ventana, que veo desde tu ventana. está en el cielo;
la nube tiene un ojo y nos mira

ahora el cielo se disipa
como nos disipamos nosotros dos mientras dormimos

vos te vas a un sitio y yo me voy a otro
mientras nos tocamos la piel sin conciencia de existir


Pero ahora escribo mientras te escucho respirar y mientras te veo dormir,
como si ese ojo de la nube no se hubiera hecho de aire y niebla,
sino de un fulgor oscuro
como la noche de hoy donde hemos vuelto a jugar con el fuego, sin conciencia




anoche, antes de quedarme dormido
miré los dibujos que me regalaste

hoy desperté temprano:
encendí el ventilador de techo pero no había electricidad

putié

me quedé en la cama hasta las 8.30

pedí el desayuno

cuando lo trajeron, volqué un poco de café en la bandeja

me senté en la cama y ví por la ventana a los pájaros
revolotear sobre los edificios de enfrente

desayuné

cuando terminé, me estiré a lo largo de la cama,
pero con la cabeza del lado de los pies

seguí mirando por la ventana a los pájaros que volaban en círculos
cada vez más grandes

un mensaje de texto tuyo me saco del cuelgue

en las sábanas, aun estaba tu mancha del periodo;
no era roja, era marrón oscura

la observé por un momento

sonreí.




vos hacés caer la lluvia sobre mis pies
vos hacés copular a las jirafas en África
vos hacés romper las olas en los acantilados
vos calentás los mares antárticos
vos activás volcanes extintos
vos claudicás los eclipses solares
vos creás nuevas constelaciones en el cielo
vos enloquecés a los monjes Tibetanos
vos emborrachás al sol
vos hacés callar a las sirenas en el mar

vos sos el génesis del génesis del universo…













*(láit blú)

                                                                                                                                       marzo/mayo, 2011