jueves, 13 de mayo de 2010

Psicoanálisis salvaje





Parte primera


i


Apeado en el borde de la tormenta
un rayo ilumina el camino.

El trueno está en mi mente
el viento zumba en las venas
y mi garganta anuncia lluvia…


ii


Las antenas no transmiten
los carteles no anuncian
las calles no conducen
las luces no alumbran
las palabras no dicen
los techos no cubren
los pasos no avanzan

El silencio es la lengua natal


iii


..Y diré con los ojos
…y escucharé con las manos
…y gustaré con los oídos
…y miraré con la lengua


iv


¿Qué es el ruido?
El ruido es el silencio en ebullición
¿Qué es la soledad?
La soledad es el excedente de la ausencia
¿Qué es el miedo?
El miedo es el valor suicidado
¿Qué es el vacío?
El vacío es el exilio de la empatía


v


Y todo tan raro
y todo tan abstracto
y todo tan concreto
y todo tan ardiente
y todo tan frío
y todo tan presente
y todo tan ausente
y todo tan real
y todo tan ficticio
y todo tan brillante
y todo tan opaco
y todo tan claro
y todo tan obscuro
y todo tan…
y todo tan…


vi


La nostalgia va a abrigarse con
besos estériles otra vez

a balbucear resacas de primera “b”
a morfar a solas con el olvido
a saludar de nuevo a esta ausencia extra large


vii


Es de noche, copulo con tu recuerdo
( no sé si es un recuerdo, o realmente sucedió)
Siento el aliento a cigarro fuerte salir de tu boca
Primero, te atás el pelo, te inclinás lentamente sobre mí, y
te llevás mi “Fender Jazzmaster” a la boca para hacer tu “solo”
segundo, frotarse con los cuerpos
tercero, el llanto
Y después lo de siempre: la sensación de estar masticando cenizas
¡Siempre!
(y todo tan abstracto…)


viii


Escribo a la velocidad de los conejos al copular
escribo con la paciencia de la araña
escribo con la furia de las olas provocadas por la sudestada
escribo como si fuera un esgrimista destacado
escribo con la conciencia no reprimida
escribo con las manos en carne viva
escribo como quien con un cuchillo alzado en la oscuridad
escribo con aliento a sentina
escribo con los tornados cruzando mis sienes
escribo con el rayo en mi mente
escribo desde acá para no escribir desde el más allá
escribo por la impotencia
escribo hasta el orgasmo
escribo desnudo
escribo vestido
escribo en la lucidez
escribo en la embriaguez
escribo porque sí
escribo porque no
escribo por lo que digo
escribo por lo que no digo
escribo porque duele
escribo porque calma
escribo porque cura
escribo porque escribo
y punto.


ix


La melancolía aparece en la madrugada, ante mi, perfumada y en portaligas.
Sonríe mostrándome, sin discreción, sus dientes blancos y sus tetas
Lentamente, me susurra al oído

La melancolía tiene veinte pares de ojos de distintos colores.
Es alta, baja, obesa y delgada a la misma vez. Tiene treinta nombres
Se arrodilla y pasa sus quince lenguas en mi pija. Y lo hace bien.
Lame, succiona, sube y baja enloquecida por toda mi anatomía genital
Dentro de mi cuerpo, bajo mi piel, arden llamas azules, rojas y amarillas
que despiertan a bofetadas a mi pulsión en coma
Detrás del vidrio sucio de una ventana, el recuerdo se masturba observándonos

Acabo, al fin. El esperma dibuja una extraña estela en su boca.
Ella ríe como loca. Su risa se amplifica, y cubre toda la atmosfera.

La melancolía es una puta sin precio
La melancolía enloquece
La melancolía usa a la nostalgia como carnada
La melancolía enloquece


x


La noche que me enterraste
me comí todas las baldosas de las veredas y
todas las hojas de los árboles que encontré.
La noche que me enterraste
conté todas las líneas punteadas de la calle,
todas las estrellas, todas las constelaciones en el cielo y
pisé toda la mierda de todos los perros.
La noche que me enterraste
mastiqué liendres, maté 7 gatos y
extinguí 2 volcanes
La noche que me enterraste
pude ir a donde no sale el sol, exiliar mi conciencia, naufragar en alcohol,
ó beber todo el Pacífico, pero no.
Fui a lo de una amiga. Hablamos, cenamos.
Afuera llovía como en el diluvio universal
Hablamos. Hablamos. Hablamos…
La noche que me enterraste
hubo eclipse de mar; Poseidón se vistió de mujer y
desentonó borracho canciones de Nick Cave.
La noche que me enterraste
rocíe de olvido tu nombre, y lo incendié.
La noche que me enterraste
resucitó la poesía en mí.










Parte segunda




La carie en la mente


i


Un disco de Tom Waits giraba en el reproductor
mientras nosotros lo imitábamos entre las sábanas

Una frase de Spinetta en un papel pegado (que yo pegué) en tu biblioteca

El parque, la feria, la gente, y el sol apoyado en tu cara.

La risa, los besos, las lagrimas, los abrazos, respuestas, preguntas,
madrugadas, mediodías, los bares, el cine, San Telmo, Belgrano,
el miedo, el llanto, mis manos...
y tus ojos…
(ese póster tan lejano)


ii


Al pensarte se erosiona mi mente
al pronunciar tu nombre se corroe mi lengua
al soñarte la condensación se anula
al mirarte se enceguecen mis ojos
al tocarte se gastó mi tacto.

Ahora soy como Icaro en el mar
sólo que el mar, también soy yo.


iii


¡Oh, tú! Eres una esfinge atrofiada por
el cirujano del rencor
¡Oh, yo! ¡Soy un súbdito huérfano de tu tacto!


iv


La carie en la mente
la sordera de la nuca
la psoriasis del habla
el cáncer visual
and so on…


v


She doesn´t want to stay in bed
she doesn´t want to walk her dog
She might be cooking some rice
and the tv is on mute
From the window the sun is going down
and the light bulb is almost on
things over the table are abstract and nosense

Her clothes are hanging on in the closet
waiting for a special date that it will never come
(some things never comes)

Sorrow is on my hands and
tears are my only meal
melancholy is my favourite suit
and your memory is a continuous film on my mind



vi


No quiero practicar la taxidermia
a tu recuerdo;
prefiero amputarme tu yo
de mi yo.

prefiero una carie en mi mente
para no contemplar tu mirada
en el museo de mi memoria.

Quizás exista un mundo después
de D.H Lawrence
de Leonard Cohen
de Nick Cave;
mientras tanto, en la orilla del presente,
uso un bastón de Dalí para roer
la niebla real.











Febrero/ Mayo, 2010