sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Adónde van los patos del lago?

Es sábado, hay sol. La gente pasea por la calle peatonal de esta ciudad arrodillada a los caprichos del Luján. Nada nuevo, nada distinto a cualquier otro sábado con sol. Turistas con sus cámaras. Motos y autos que avanzan a paso de hombre y los porteños que hacen cola para comer en parrillas sin fumigar. Un cartel anuncia un festival de música y arte en el polideportivo municipal. Una bicicleta amarilla impulsada por mi motricidad me lleva hasta ahí.

Desde afuera del polideportivo el sonido es increíble. Te aplasta. Desde la puerta veo un escenario gigante, casi como del tamaño de cualquier show internacional en estadios. Al entrar hay un cacheo por policías. Le digo al policía que me está por revisar, “tené cuidado con lo que tengo en la mochila, es peligroso” el tipo con cara de asombro me dice “si es así lo voy a tener que secuestrar”, abro la mochila y le muestro un libro de cuentos de Cortazar, a lo que él dice “¿Cortazar?” yo me río, cierro la mochila y entro. Si hubiera sido en otro época, esta crónica no podría haberse escrito, pues ya no estaría acá, ni tampoco el libro, quizás lo hubieran quemado como en Fahrenheit 451.

El lugar esta rodeado y poblado de policías, por lo que veo, calculo que habrá tantos policías como público presente. La organización es destacable. Un escenario central dividido en dos partes, luces audio rítmicas, cámaras, sonido de primera, una grúa con cámara aérea, puestos de comida, puestos de información sobre el evento, carpas con talleres varios, rampas para skate y bmx Freestyle. Una radio transmite en vivo el evento, otra muy conocida lo auspicia, baños químicos, puestos de primeros auxilios.
Cada 20 minutos hay una banda distinta tocando sobre los escenarios. Todo muy organizado, casi cronometrado.

Hay familias con sus hijos, músicos, amigos de músicos, organizadores, fotógrafos, gente en gral; todos deambulan por el predio yendo y viniendo disfrutando de su tarde de música y arte.
Algunos toman mates sentados sobre el césped de la pista de atletismo, otros hacen pogo al borde del escenario, otros miran volar bicis por el aire en la pista frente al escenario principal.
Pasan los músicos con sus ropas, sus modales, sus clichés: hay punkies, hay metaleros, hay pseudos hippies, hay skaters y bikers, todos en armonía y fraternidad.

Desde arriba del escenario las bandas agradecen a los organizadores y al intendente por el evento y su apoyo para los músicos y artistas locales.
Se suceden los “gracias intendente”, “esperemos que se repita el año que viene”, “hacía falta este espacio”. Yo observo con melancolía todo lo que sucede. Melancolía por el contenido, por lo que hay arriba y abajo del escenario. La demagogia de los músicos es mucho peor que ligarse un cáncer. “este tema esta dedicado al sr intendente que…” me seca… me seca…

Mas de lo mismo, poco de lo menos...
Mucha música, poco rock, o mejor dicho nada de rock…

Encuentro a un pibe que toca en una banda, lo conozco desde hace años, me regala un demo que grabó con su banda. Le prometo oírlo y comentarlo en la página de su grupo.

Ahora anochece. Vuelvo a casa. El policía que me revisó, todavía está en la puerta ahí parado. Pienso en que materia habrá fallado en sus estudios, para abandonar la escuela y vestirse de azul.

En casa pongo el disco en la pc y lo escucho. Confirmo lo escrito anteriormente: mucha música, poco rock...
Voy hasta la heladera, abro una botella preferida y brindo por el escopetazo en la cabeza de Kurt Cobain, mientras empiezo a poner palabras en este papel virtual.




















                                                                                                                                     Septiembre, 2010.

2 comentarios:

  1. Como no le regalaste el libro al azul? eh? eh? jaa!

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  2. buenísimo dieguito!!! hace unos días caminando por cazón me topé con el intendente massatemira y sin perder oportunidad me fui directo a encararlo y me recibió con esa sonrisa de holasoyelintendenteytesaludovecinaposiblevotante,la sonrisa se le borró en cuanto le dije que estaba cansada de escribirle mails a traves de la página de la muni y no recibir respuiesta ya q le planteaba algunas quejas y le ofrecía posibles soluciones, no te preocupes me contestó, ese mail funciona mal escribime al mío personal y me lodió. 2 horas despues estaba escribiendo y por supuesto me vino de rebote jajajja o snif snif

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